Qué es la autonomía emocional?
Es un
concepto radicalmente opuesto a la dependencia emocional, es la capacidad para
sentir, pensar y tomar decisiones por sí mismo. Las personas que son autónomas
desde el punto de vista emocional son capaces de gestionar sus emociones y
sentirse seguros de sus elecciones y objetivos en la vida.
La autonomía emocional no significa
que no somos capaces de mantener una relación afectiva sino que construimos una
relación de interdependencia y no de dependencia emocional. Es decir, no
dependemos de la otra persona, no vinculamos nuestra felicidad o infelicidad a
las variaciones del estado de ánimo del otro, no subordinamos nuestros
objetivos a los deseos de la otra persona.
Quien es autónomo emocionalmente es
capaz de aportar seguridad y estabilidad a una relación, enriquece la pareja
porque no se anula ni intenta anular al otro.
La autonomía emocional supone la
generación de emociones apropiadas a cada momento. Incluye una buena autoestima
y capacidad para adoptar una actitud positiva ante la vida. Todo ello de cara a
posibilitar un mayor bienestar subjetivo, que redunda un mayor bienestar
social.